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La Danza Oriental como Herramienta de Sanación

  • Karina Ramírez
  • 24 feb 2017
  • 3 Min. de lectura

El nombre original de la "Danza Árabe" es Danza Oriental, que viene de la palabra "Raqs al-sharq" que significa literalmente Danza Oriental. Por lo que generalmente me refiero con este nombre la mayoría de las veces cuando hablo de la "Danza árabe".

Esta hermosa, delicada, mística, sensual y tan atrayente danza, es una de las principales danzas pélvicas y una de las más antiguas del mundo, que conectan directamente con uno de nuestros Centros de Poder Femenino, no hablo sólo de nuestro Útero, sino que también de nuestros ovarios, pelvis y perineo. Nos conecta físicamente ya que activamos con los movimientos, toda nuestra musculatura interna y externa de toda esta zona, y si realizamos un trabajo energético también podemos movilizar fuertemente todas las energías que se concentran en estos centros de poder.

Cuando me escriben por las clases que imparto, la mayoría de las mujeres me consultan si la danza del vientre sirve para "sanar el útero". Desde mi punto de vista, creo que es un excelente complemento junto con otras herramientas que podemos utilizar (terapia menstrual, meditación, yoga, respiración ovárica, temazcales, control ginecológico con/matronas con personas amorosas o con autorevisión)para poder reconectar con nuestro útero darle amor y movimiento, re descubrirlo y movilizar las energías que puedan estar congestionadas en esa zona ( y otras! como nuestros pechos tb).

Cuando comencé a implementar mi nuevo formato de clases "Danza del Vientre Integral" me di cuenta que dar un pequeño vuelco a la práctica de esta danza, con otros "lentes", con otro sentir...y compartir todo lo que yo vivencio tanto de manera física y energética con esta danza con un público que busca conectar con su ser y sanar su feminidad, tiene grandes beneficos.

Las mujeres van siendo cada vez más conscientes de cada parte de su cuerpo, van trabajando y activando conscientemente todo aquello que desean sanar.Pero debo repetir, de manera amorosa. Disfrutando del proceso, más que de la meta, dejando que el cuerpo vaya a su ritmo y dejando que los procesos hagan lo "suyo" , el ser interno es muy sabio.

Con la danza del vientre nos conectamos fimemente con nuestra madre tierra, activamos nuestro chakra raíz, nos reconciliamos con nuestro sentir y ser parte de este mundo, de una tribu, de nuestro grupo de danza. Nuestro útero pulsa y vibra al ritmo de los tambores y comenzamos a movilizar y liberar, conectamos con nuestro hogar, nuestro nido. Conectamos fuertemente con ovarios y segundo chakra además, nos reconectamos con la energía del placer y del disfrute, con la fuerza vital y creadora. Nos reconciliamos con nuestra pelvis y su movilidad natural, dejamos los pudores y cada vez vamos adquiriendo en nuestro cuerpo esa naturalidad, dejamos de lado la rigidéz y poco a poco liberamos los bloqueos que se han impuesto durante décadas en nuestros cuerpos.

La danza oriental, no es sólo conectar con nuestra zona pélica, es muy completa. Con sus movimientos, conectamos con plexo solar, el más fuerte de los procesos, conectamos con ese centro de fuerza de voluntad todo el tiempo y trabajamos directamente sobre él con algunos movimientos. Y siempre nuestros chakras superiores son activados con hermosos movimientos sútiles y delicados de brazos, manos, hombros y cabeza, nuestro corazón está dispuesto y abierto a dar y recibir.

Es una fuente inagotable de sanación, de reconexión y reconciliación con tu feminidad y masculinidad, ya que también equilibramos esta energía con movimientos que requieren de esta conciencia también, es un equilibrio constante del yin y el yang.

Desde mi experiencia personal, con la danza oriental, tengo un útero sano fuerte y flexible, cuando hace ya más de 10 años comencé a practicarla estaba con una fuerte depresión, que según el psiquiatra era algo más bien genético y heredado, que toda mi vida tendría que estar con antidepresivos...y si, es una lucha constante, pero gracias a la danza me mantengo activa, alegre y llena de endorfinas. Por lo que nunca más he tenido que recurrir a antidepresivos. Me amo y me reconcilio cada día más con mi cuerpo y con cada proceso que ocurre en él.

Claramente no ha sido un proceso milagroso, todo requiere de tiempo y disciplina.

En el formato "Cuerpo y Alma" Danza del Vientre Integral", nos permitimos en cada sesión estos espacios, de disfrute, de compartir, de crear lazos y hermandad con nuestras compañeras, donde el proceso es el que importa, más que la meta. Donde cada una DEBE ser responsable de sí misma y de lo que quiere o no quiere sentir con la danza oriental, si quiere sanar o no. Yo sólo acompaño, guio y comparto mi conocimiento, mi experiencia y mi relación con la danza del vientre para que las participantes saquen lo máximo de ésta para sus vidas.

Danzar con nuestro vientre es vida, es amor, es placer, es ser mujer en su totalidad.

Karina Estrella.

Instructora de Danza del Vientre Integral.

Psicóloga clinica.

Moon Mother

Diplomada en formación de Danza Terapia y Terapia corporal.

 
 
 

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